Ya se han acabado mis vacaciones :( El Jueves 24 de julio por la noche, regresamos de Londres.
Londres es chulísimo, tan grande y con tantas cosas que hacer y que ver, que 6 días se nos quedaron un poco cortos :) Yo me habría quedado al menos una semanita más, pero no pudo ser, una pena.
Fueron 6 días intensos en los que intentamos verlo TODO. Nada
más llegar empezamos con una primera toma de contacto por los alrededores de donde teníamos el hotel, que resultó estar en una zona muy bien comunicada y al ladito de la estación Victoria. Esa tarde paseamos por Buckingham road, nos encontramos con nuestra primera cabina londinense y los autobuses de dos pisos y vimos las afueras del palacio de Buckingham. De regreso al hotel paramos en una taberna a tomarnos nuestra primera pinta de cerveza.
Al día siguiente
tocó el mercado de Candem. Sitio super pintoresco, lleno de tenderetes y de tiendas, donde puedes encontrar cualquier cosa que estés buscando. A medio día probé mi primer "fish and chips", mi recomendación personal es que no lo probéis, no vale la pena. Es un filete de pescado precongelado típico, con patatas fritas. Por la tarde tocó visita a la Torre de Londres, Tower Bridge y London eye, al que no subí porque nadie quería subirse conmigo :( La vuelta al hotel fue paseando por el Big Ben, el parlamento, abadía de Westminster y el Green Park. Como no, volvimos a parar en la taberna para hacernos unas copitas después de un día duro de pateo.
Nuestro día 3 empezó haciendo cola para conseguir entradas para el musical "Wicked". ¡¡Las conseguimos, yuju!! Siguió con una visita (con audio guías, menos mal porque sino no nos habríamos enterado de nada) por la abadía de Westminster. Al salir nos acercamos al río y
decidimos montarnos en uno de esos ferrys transparentes que te pasean y te explican los edificios y lugares más importantes de la ciudad. El chico-guía prometió que hablaría despacio, pero tras decir esto se embaló de mala manera, de forma que solo entendimos unas cuantas frases. Pero estuvo bien. A la hora de comer, Javi solucionó los papeleos de su tesis y se unió a nosotros. Por la tarde tocaron los barrios de Soho y Chinatown, junto con Trafalgar square y Leiscester square. Volvimos pronto al hotel, porque nos teníamos que preparar para ir al musical. El musical estuvo genial, las casi tres horas de duración se me pasaron en un plis-plas (gracias Hector por la recomendación).
Empezamos con la fase museos. El primero fue el British musseum (si, el del expolio). La verdad es que es brutal, es enorme, pero pese a todo lo que puedes ver sin salir de Londres (Grecia, Egipto, Japón, culturas centro Americanas,...) indigna un poco lo que han sisado a diferentes culturas. Por la tarde fuimos a la abadía de Saint Paul y calle Fleet. El grupo aquí se dividió, unos volvieron al hotel a descansar, y otros decidimos andar un poco más por la ciudad, Picadilly circus y tiendecitas varias.
Segundo día de museos. El grupo se dividió otra vez, unos fueron a la National Gallery
, otros al museo de ciencia y otro grupo (en el que me incluyo) al museo de ciencia natural. Fue impresionante, enorme, con los típicos esqueletos de dinosaurios enormes que se ven en las películas, y muy interactivo, aunque nos dejamos un montón de botoncitos que apretar y que toquetear, porque habíamos quedado para comer, y no nos daba tiempo a todo. Después de comer, intento de visitar el mercadillo de Portobello. Una pena que cuando llegamos a Nothing Hill ya había cerrado. Pero aún así valió la pena. Nothing Hill es un barrio residencial, muy tranquilito y encantador, con unas tiendecitas bastante chulas.
Último día :( Por la mañana, nos volvimos a dividir, unos a ver el cambio de la guardia real, otros a Abbey Road (donde está el estudio de grabación de los Beattles, y probablemente el paso de cebra más famoso del mundo) y otros (yo incluida) volvimos a Candem a ultimar nuestras compras. Luego regreso al hotel a por nuestras maletas y a coger el autobús que nos llevaría al aeropuerto. Y de ahí, en unas horitas de regreso a casa.
El tiempo pasa volando, y no nos damos cuenta de ello. Parece que fue hace dos días cuando llegué a Tenerife y en prácticamente dos días me vuelvo a Castellón.
en la playa tomando el sol y bañarse en pleno mes de Noviembre...eso no tiene precio, jejeje. Es una sensación un poco rara, pero a la vez gratificante...y el agua helada, como no podía ser de otra forma.
